1/12/10

¿De donde nacen la ganas de escribir? ¿de contar?

Sera una simple aclaración interna, dar forma a los intrincados e inconexos pensamientos diarios, plasmar de manera ¿inteligible? los diálogos mentales.

Hay, por supuesto, bastante vanidad, pues bien podría tener un diario, sin necesidad de estar publicando con contador de visitas incluido. Pero de ningún modo deja de ser gratificante, la escritura de mis aconteceres diarios, buscando la manera de que tengan forma y sentido, todo eso es genial.

He tratado, además, de incursionar en distintas áreas de la expresión escrita, desde los modestos resúmenes de la escuela, hasta mis mayúsculas pretensiones poéticas, pasando por novelas inconclusas y cuentos desechables, llegando a la simpleza y futilidad de los post dentro de mi blog.

El día que se inicio esta bitácora desorganizada sin fin ni medios, no me pregunte a donde quería llegar, fue, desde el primer post, el puro gusto de contar, y ser leído. Contrayendo sin saberlo la obligación y el posible vicio de no dejarlo, por mí, únicamente, sin desdeñar a mis modestos lectores regulares, creo firmemente que nadie se tiene que quedar sin palabras que decir. Hoy creo que este miserable dominio auspiciado por blogger.com tiene para rato.

En fin, esto no es un escrito de porque escribo, sino de escritura. El simple hecho de volar lejos, con el dudoso atrevimiento de manchar una hoja en blanco con mis sandeces, o las vuestras, en un mundo donde parece que ya todo está escrito, como trascender después de Homero, Dumas, Alighieri, Sade, Safo, Tolstoi, Dostoievski, Fante, Hemingway, Whitman, Neruda, Balzac, Chejov, Stevenson, Shelley, Huxley, Orwell, Asimov, Caldwell, Rulfo, Paz, Sabato, Sabines, Cervantes, Baudelarie, Saint-exupery, Quiroga, Suskind, Shakespeare, Capote, Dickens, Welsh, Garcia Marquez, Jennings, Puzo, Phalaniuk, Bukowski, Miller, Garcia Lorca, etc. etc.

Como lector, ya casi nada nuevo me sorprende, una historia es muy sencilla, el problema es contarla, crear ese universo donde los personajes se mueven solos dentro de los capítulos, donde cobran vida e incluso desobedecen al creador, crear un cuento tan nítido que parece que en tu cerebro se proyectara un filme, una obra absorbente, que transmite un verdad como si del evangelio se tratara, señores eso es difícil, escribir no es jugar a ser Dios, sino serlo. Y son pocos los convidados ese Olimpo tan olvidado.

1 comentario:

@lex dijo...

falté en la lista de escritores