22/1/10

Espera la primavera, Bandini...

¿Donde podia haberse escondido ese libro?

Claro que se pudo haber perdido, por supuesto hay que dar las gracias a Chinaski, alabada sea su desgracia, y la de Bandini tambien. Bueno estoy hablando de literatura, de arte, de belleza escrita y de alter ego.

Hablo de Arturo Bandini, creacion suprema de John Fante, personaje entrañable, enfermizo y genial, un quijote de los años veinte, si digo que pude haber perdido su esencia es por que la fama mundial la alcanzo gracias a la influencia que Charles Bukowski admitio ejercio sobre su obra.

Mi razon no da como para explicar lo maravilloso de la lectura, no doy para tanto, rei y llore en los distintos sucesos de la vida de Bandini, el niño y el escritor fracasado, el catolico, el ateo, enamorado, sardonico, inspirado, temeroso y anhelante.

Aqui un fragmento, una estrella del universo que supo crear con su pluma maldita y bendita a la vez.

Se observó con curiosidad, sin creerme, y volvió a posar los ojos en mí, pero yo seguía
mirándola a la cara, con el vómito flotándome en el estómago, aspiré a pleno pulmón el olor
empalagoso y denso que despedía su presencia y volví a decirle que era una mujer hermosa, y
el adjetivo se me escapó como un gemido, tan hermosa era, una niña, una criatura virgen,
hermosa como pocas, y sin decir palabra, manchada de rubor, cogió la combinación y metió
la cabeza en ella con un misterioso murmullo de satisfacción en la garganta.
Al mismo tiempo era muy tímida, y estaba encantadísima, y me reí al comprobar que las
palabras me salían ahora con mayor soltura, así que le repetí sin parar que era preciosa y que
se había comportado como una ingenua. Pero dijo rápido, Arturo, dilo aprisa porque algo
estaba a punto de sucederme por dentro, tenía que salir, así que le dije que tenía que salir al
pasillo un instante y que se vistiera mientras tanto. Quedó cubierta por la combinación y sus
ojos desbordaban alegría al verme salir. Fui hasta el final del pasillo, hasta el rellano de la
escalera de incendios, y allí lo solté todo, llorando e incapaz de contenerme porque Dios era
un asesino sin escrúpulos, un animal despreciable, es lo que era por haberle hecho aquello a
aquella mujer. Baja de los cielos, Señor, baja y te reventaré la cara contra el área municipal
de Los Angeles, cínico sin perdón. De no ser por ti, esta mujer no sufriría tamaña
deformidad, ni el mundo tampoco, y de no ser por ti habría podido joderme a Camila López
en la playa. ¡Pero no! Te gusta gastar bromas; mira lo que le has hecho a esta mujer, y al
amor de Arturo Bandini por Camila López. En aquel punto, mi tragedia me pareció más
negra que la de la mujer y me olvidé de ella.


Brutal, simple, increible y cautivador.

Hacia mucho tiempo que no leia algo asi. Y estimado lector de mis absurdas pretenciones de blogero decente busca, busca ese libro, encuentralo y hazlo tuyo.

Bueno que demonios, aqui esta:

Preguntale al polvo