Alguna de tantas veces he pensado acerca de los cambios, cambios importantes, capaces de trastornar el mundo, que hacen que las cosas sean mejores. Tales como aquellos países que se transformaron en naciones de igualdad y de oportunidades después de ser devastados por la guerra, o en aquellas personas que por algún revés del destino pusieron todo su empeño en ser mejor para ellos mismos y para los demás, de estos ejemplos en los que no ahondo porque me da hueva, hay infinidades, son el claro ejemplo de que la humanidad aun tiene salvación.
La breve introducción responde a la última grave conclusión de mi persona, en específico de mi atormentado cerebro, YO NO CAMBIO, he seguido, sigo y seguiré siendo, en esencia, el mismo bastardo hijoputa de siempre.
He escuchado, y lo que es peor, creído, muchas anécdotas de gente que por determinado motivo confesado o inconfesable, ha cambiado, ha mejorado y ha crecido, gente que ayer fue basura, el ultimo escalón de los escaños sociales, el pecador mas empedernido, hoy es un ejemplo de constancia y superación personal, hoy son la mejor referencia de búsqueda del triunfo y de la perfección humana.
¿O es que todos somos unos farsantes?
¿O soy yo tan diferente? ¿O es mejor no engañarse y admitir mi propia condición a veces vil, imperfecta, inmunda, cobarde, egoísta, pretenciosa, ególatra, embustera y hedonista?
No rehusó algunas cualidades, pero lo que me aterra es incluso algunas nacen de la mayoría de los defectos o características que me aquejan, y lo más grave es que mis detractores, o en la mayoría de las veces mis mayores, creen que todos aquellos errores y defectos en los que incurro son pequeños vicios, insignificancias que pueden ser vencidas con un poquito de constancia.
Carajo.
¿O es que nadie me conoce o es que nomas no me explico?
No es que sea solamente irresponsable, que sería decir que no me puedo mantener ni yo solo, aunque lo hago y bien, pero hay veces, hay segundos que me gustaría dejar que todo siga igual, esos momentos de bastardes insólita, de abulia crónica y muy placentera, y por el contrario, a veces no puedo ni caminar bien, no me puedo mover, y me muevo solo por instinto, por supervivencia.
La breve introducción responde a la última grave conclusión de mi persona, en específico de mi atormentado cerebro, YO NO CAMBIO, he seguido, sigo y seguiré siendo, en esencia, el mismo bastardo hijoputa de siempre.
He escuchado, y lo que es peor, creído, muchas anécdotas de gente que por determinado motivo confesado o inconfesable, ha cambiado, ha mejorado y ha crecido, gente que ayer fue basura, el ultimo escalón de los escaños sociales, el pecador mas empedernido, hoy es un ejemplo de constancia y superación personal, hoy son la mejor referencia de búsqueda del triunfo y de la perfección humana.
¿O es que todos somos unos farsantes?
¿O soy yo tan diferente? ¿O es mejor no engañarse y admitir mi propia condición a veces vil, imperfecta, inmunda, cobarde, egoísta, pretenciosa, ególatra, embustera y hedonista?
No rehusó algunas cualidades, pero lo que me aterra es incluso algunas nacen de la mayoría de los defectos o características que me aquejan, y lo más grave es que mis detractores, o en la mayoría de las veces mis mayores, creen que todos aquellos errores y defectos en los que incurro son pequeños vicios, insignificancias que pueden ser vencidas con un poquito de constancia.
Carajo.
¿O es que nadie me conoce o es que nomas no me explico?
No es que sea solamente irresponsable, que sería decir que no me puedo mantener ni yo solo, aunque lo hago y bien, pero hay veces, hay segundos que me gustaría dejar que todo siga igual, esos momentos de bastardes insólita, de abulia crónica y muy placentera, y por el contrario, a veces no puedo ni caminar bien, no me puedo mover, y me muevo solo por instinto, por supervivencia.
1 comentario:
No te engañes, la humanidad no tiene salvación...
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