27/10/09

Haber, ¿ahora que?-dice mi reflejo, hastiado, aburrido.
-Lo mismo...
-mmm... no lo se, simple; ¿estas loco?
-Ese no es mi mayor problema, lo sabes, carajo, no te burles de mi.
-Vale, vale.
-Explicame lo del veneno.
-¿cual? El que te fumas, el que ingieres, el que tomas...
-Pinche gracioso.
-Pinche delicado.
-No señor, porque no tomas nada en serio, ese que me ataca, justo en el cerebro, casi una migraña, una materia liquida envenenando las neuronas.
-No mames.
-No, tu lo sabes porque yo lo se, el otro dia lo logramos, lo sacamos de ahi, explicalo.

Mi ser interno piensa en la semana pasada, tarde, frio, nada grave, todo perfecto, y llega, ese cansancio, ese vertigo interno que nos derriba en cama, no parece que haya nada, lo buscas y nada, no hay causa para este efecto, y tratamos de reir, no se puede, mi sistema nervioso va a entrar en crisis, y ahi estoy tirado, conciente apenas, hemos comido y dormido bien, estamos bien hidratados y ejercitados ¿entonces? no hay nada que lo explique, llega en oleadas exentricas al centro de mi razonamiento, y me inutiliza, nos hiere, y ahi se queda, hasta que lo odio, mientras camino en el frio de la noche, manteniendo la conciencia trabajosamente a flote entre la neuralgia que aumenta de intensidad, mientras debo caminar y estar alerta, no puedo, duele, duele, DUELE.

Y sucede, logro ubicarlo, y lo odio y lucho contra el dolor.

Se va junto con el viento frio que me envuelve.

Milagro.

Carajo.

Gracias.

Y al otro lado del espejo, mi ser razonable se va, en busca de respuestas, mientras mi inquisitiva mirada lo atraviesa.

No que no cabron.

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